Algunos días le compro garrapiñadas al señor que está en la puerta del San Martín. Las compro para ayudarlo. Salgo de la facultad a la noche con mis caprichos y el me distrae, me sonríe pensando que tengo hambre y le doy tres pesos.
Es tan nostálgico el proceso.
No les siento el gusto, las mastico por inercia, bailan en el paladar y no percibo nada.
Las mastico y saboreo con los dientes y la lengua, llenos de angustia.
Es que quise demostrarte que ahora podía morderte y me salió mal.
Si todo consistiera en probarse y lamerse, la vida no tendría sentido, pero tampoco confusión.
Pensé que lo iba a lograr y que quería que fueras mi droga de los jueves.
Te quiero de narcótico todos los días. No merezco las garrapiñadas de los lunes.
17 nov 2011
27 jul 2011
Sentir la eternidad
Esquivo los autos como personas y las personas me esquivan a mí como si no fuera nadie. Es que realmente soy nadie. Mi angustia es ajena a ellos.
¿Hoy quién quiere ver llorar?
Tengo alergia. Me pica la nariz, la cabeza, los ojos, las mejillas, la boca.
Tengo alergia de amor.
Lloro por otras cosas, es difícil de explicar.
Te encuentro y también me encuentro con mucho más.
Nunca termina. Eso no me pone triste, solo me hace llorar. Siempre lloro mucho. No sirvo ni para romper cosas. Soy puro escándalo lagrimal, que ni siquiera. Te juego de callada.
Me das alergia y te pido que te alegres, porque no sabes a desparacitario. Sabes a aspirineta.
Sabes a todo eso que no sabía nada. Picazón de la ansiedad.
Todo tan insulso hasta que volves a sentir despacito lo dulce, lo amargo, lo agrio, lo ácido.
Está sucediendo. A veces a la gente le pasa que cuando empieza a sonreír, sonríe tanto, tanto mi amor, que sin querer se olvida de lo que también tenía en sus manos. Pero esa es otra historia que no conozco, algo tuyo que dejaste ir, para agarrarme a mí. No más que eso.
Lo siento en todo el cuerpo. Son besos diferentes.
Después de pelear con almohadas, taparnos, destaparnos, vestirnos y desvestirnos, arrancarnos y rasguñarnos, me das ese beso mojado y cortito.
Mojado y cortito. Y me hablas con ese beso. Me decís tanto en 3 segundos.
Son palabras que prefiero no entender, pero llegan.
Te sonrío como idiota. Te pido perdón por idiota.
Perdón por no haber sonreído antes. Que más hubiera querido yo que encontrarte antes para arrepentirme después, cuando nos cansemos de tocarnos y querernos.
Aunque apenas comience, puedo imaginarme el final, el lamento de no haberte conocido diez años más tarde para poder vivir con vos y llenarnos de sueños, que terminarían en algún otro deseo que no se llama ni vos ni yo...
¿Hoy quién quiere ver llorar?
Tengo alergia. Me pica la nariz, la cabeza, los ojos, las mejillas, la boca.
Tengo alergia de amor.
Lloro por otras cosas, es difícil de explicar.
Te encuentro y también me encuentro con mucho más.
Nunca termina. Eso no me pone triste, solo me hace llorar. Siempre lloro mucho. No sirvo ni para romper cosas. Soy puro escándalo lagrimal, que ni siquiera. Te juego de callada.
Me das alergia y te pido que te alegres, porque no sabes a desparacitario. Sabes a aspirineta.
Sabes a todo eso que no sabía nada. Picazón de la ansiedad.
Todo tan insulso hasta que volves a sentir despacito lo dulce, lo amargo, lo agrio, lo ácido.
Está sucediendo. A veces a la gente le pasa que cuando empieza a sonreír, sonríe tanto, tanto mi amor, que sin querer se olvida de lo que también tenía en sus manos. Pero esa es otra historia que no conozco, algo tuyo que dejaste ir, para agarrarme a mí. No más que eso.
Lo siento en todo el cuerpo. Son besos diferentes.
Después de pelear con almohadas, taparnos, destaparnos, vestirnos y desvestirnos, arrancarnos y rasguñarnos, me das ese beso mojado y cortito.
Mojado y cortito. Y me hablas con ese beso. Me decís tanto en 3 segundos.
Son palabras que prefiero no entender, pero llegan.
Te sonrío como idiota. Te pido perdón por idiota.
Perdón por no haber sonreído antes. Que más hubiera querido yo que encontrarte antes para arrepentirme después, cuando nos cansemos de tocarnos y querernos.
Aunque apenas comience, puedo imaginarme el final, el lamento de no haberte conocido diez años más tarde para poder vivir con vos y llenarnos de sueños, que terminarían en algún otro deseo que no se llama ni vos ni yo...
23 may 2011
Besar a Rayuela.
Te doy un beso tras otro y el tiempo se nos va.
Perduró el momento de los besos.
Dejamos de pensar.
Mientras haces mate leo Rayuela y descubro
que sos un Oliveira cualquiera, una copia vaga pero perfecta
y tengo miedo de parecerme un poco a la Maga.
Mi lectura va por el capítulo 40 para sacar conclusiones arriesgadas, pero hasta ahora
me parezco tanto...
Quiero cantar victoria y me limito, pero ya la canté.
Hace un rato estabas rendido en mi habitación pero insisto en que sos bastante impredecible.
Me gusta imaginar como me miras mientras leo o me miro las manos,
incluso cuándo me estiro para hacerme desear un poco más.
No sé a quien quiero engañar cuando quedamos frente a frente en la cama, me da vergüenza
y me rasco el ojo para verte menos. Y a vos también te inhibe, lo sé.
Después de tomar coraje abro los ojos para mirarte pero los cerras y me río, nos reímos y entre tanta risa necesito gastarte los labios, arrancártelos porque cuando los dejo, quiero volver corriendo, y repetir esa secuencia, mil veces más.
Necesito que me abraces fuerte y me beses despacio, suave, profundo.
El instante en el que respiramos hondo, nos aliviamos, nos sentimos fuertes juntos, y hasta casi nos sonríe el aura del que nos cagamos de risa.
Ahora existen esos besos que noquean en el primer round a lo carnal, para entrar en un espacio nuevo dónde no hay preguntas de más, incertidumbres y miedo a amar.
Ahora existimos.
Perduró el momento de los besos.
Dejamos de pensar.
Mientras haces mate leo Rayuela y descubro
que sos un Oliveira cualquiera, una copia vaga pero perfecta
y tengo miedo de parecerme un poco a la Maga.
Mi lectura va por el capítulo 40 para sacar conclusiones arriesgadas, pero hasta ahora
me parezco tanto...
Quiero cantar victoria y me limito, pero ya la canté.
Hace un rato estabas rendido en mi habitación pero insisto en que sos bastante impredecible.
Me gusta imaginar como me miras mientras leo o me miro las manos,
incluso cuándo me estiro para hacerme desear un poco más.
No sé a quien quiero engañar cuando quedamos frente a frente en la cama, me da vergüenza
y me rasco el ojo para verte menos. Y a vos también te inhibe, lo sé.
Después de tomar coraje abro los ojos para mirarte pero los cerras y me río, nos reímos y entre tanta risa necesito gastarte los labios, arrancártelos porque cuando los dejo, quiero volver corriendo, y repetir esa secuencia, mil veces más.
Necesito que me abraces fuerte y me beses despacio, suave, profundo.
El instante en el que respiramos hondo, nos aliviamos, nos sentimos fuertes juntos, y hasta casi nos sonríe el aura del que nos cagamos de risa.
Ahora existen esos besos que noquean en el primer round a lo carnal, para entrar en un espacio nuevo dónde no hay preguntas de más, incertidumbres y miedo a amar.
Ahora existimos.
21 abr 2011
Ignorancia
Googlear la palabra no es gratis pero solo te cuesta la factura mensual de internet
que utilizas para romper los esquemas gramaticales y ortográficos.
que utilizas para romper los esquemas gramaticales y ortográficos.
7 abr 2011
Ufff
Llegó el momento feo de la noche en el que me pregunto si esas personas que me gustaría ser, sueñan ser otras personas, porque si fuera ellas no quisiera ser otro.
Tengo que recuperar mi autoestima y encontrar mi look de nuevo o por lo menos volverlo a crear. Tengo que dejar de querer ser algo que quizá nunca pueda ser. Tengo que dejar de ser tan forra conmigo misma. Soy esto y ya. Fue, dale un corte.
Tengo que recuperar mi autoestima y encontrar mi look de nuevo o por lo menos volverlo a crear. Tengo que dejar de querer ser algo que quizá nunca pueda ser. Tengo que dejar de ser tan forra conmigo misma. Soy esto y ya. Fue, dale un corte.
4 abr 2011
Garabatos
Algunos acontecimientos te dejan un bricolage en la cabeza
(y no precisamente uno divino recién horneado de utilisima, uno hecho por vos)
Sí, borré todas mis entradas. Siempre es bueno volver a empezar.
(y no precisamente uno divino recién horneado de utilisima, uno hecho por vos)
Sí, borré todas mis entradas. Siempre es bueno volver a empezar.
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